“Aprendemos, enseñamos, conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica, jamás sólo con ésta última”

Paolo Freire, 1993


viernes, 26 de mayo de 2017

¡BASTA YA DE PICADURAS!

          Una vez más llegan compañeros y compañeras a la clase con picaduras de insectos, ronchas que nos molestan, nos pican, nos incomodan, a algunos nos provocan una reacción alérgica y ya estamos hartos. Volvemos a retomar el tema teniendo en cuenta que tenemos pendiente la visita de los papá de Lola y Carlota para una charla al respecto y otros asuntos sobre primeros auxilios.

           Lola nos cuenta que el médico le mandó una pomada y los compañeros le preguntan si fueron mosquitos u otros bichos, porque también hay que tener cuidado con las abejas, avispas y arañas. Vemos en internet cómo actúan estos bichos, cómo son las picaduras y damos con una página donde salen remedios naturales para combatir dolor, picor y quitar el veneno de las picaduras y decidimos hacerlos (cuidado con la araña violinista, que vimos que era muy peligrosa). Nos distribuimos el material a traer, nos apuntamos al remedio casero que más nos llamó la atención y decidimos el día que realizaríamos el taller.

             Por otro lado, ya estamos hartos de que nos piquen, así que vamos a dotarnos de herramientas para defendernos y buscamos unos matamoscas para colocarlos en un lugar de la clase y usarlos si fuera necesario. También encontramos unos gorros de detectives que Antonio José decía que se parecían a unos gorros que unos hombres se ponen para protegerse de las abejas, así que t ambién los cogimos por si acaso.

            Las cremas que elaboramos fueron:
1. Crema de aloe vera.
2. Crema de aspirinas.
3. Crema de azafrán y aceite.
4. Crema de bicarbonato y agua.


          Tras realizar el trabajo en pequeños grupos, hicimos una asamblea común en la que pudimos evaluar el trabajo realizado, logros y dificultades que surgieron tanto al trabajo en sí como a la manera en que tuvo lugar las interacciones con los compañeros y compañeras ( por ejemplo al grupo de las aspirinas les resultó muy difícil machacarlas, el de aloe vera necesitó mi ayuda para quitar los pinchos a las hojas, otro grupo había desperdiciado mucho bicarbonato). Después nos untamos los mejunjes que hicimos y nos guardamos la planta de aloe vera que trajo Darío por si la necesitásemos en algún momento. La clase de 5 años A se hizo eco de lo que estábamos haciendo y nos pidió información, por lo que decidimos anotar las recetas de los remedios naturales y pasárselas. 











                     Días después, al llegar a la asamblea nos encontramos con brillantina, una lagartija que ya había aparecido en otras ocasiones y que mi anterior promoción la había bautizado con ese nombre y hablando sobre las picaduras dijimos que Brillantina era otro recurso para que no nos piquen los mosquitos, pues ella se los come. Entonces surge una conversación sobre cómo puede andar por las paredes sin caerse, a lo que Antonio José, que sabe mucho de reptiles en general, contesta que porque tiene ventosas en sus manos y que nosotros no. Carla mirándose las manos dice que sólo tiene rayas y carne, a lo que Enzo añade que por dentro también huesos. María José dice que ella también puede escalar, pero lo intenta en una pared de la clase y no lo consigue. Entonces comiezan a dar ideas de cómo hacer que nuestras manos y pies sean como las ventosas:

- Untarnos helado derretido.
- Con pegamento.
- Poniéndonos fixo en pies y manos.
- Con yogurt gelatina.
- Podemos ponernos jabón, que es pringoso.
- Zapatos para escalar, pero tienen pinchos en las suelas y puede hacer agujeros en las paredes.
- Mezclar plastilina con agua y dejarla un día y después untárnosla.
- Caldo de flan de postre mezclado con agua.


          Como aquí en el cole, de las ideas y materiales que dijeron sólo teníamos fixo, pegamento, jabón y plastilina, sólo probamos con eso. Pero ocurrieron problemas que fueron evaluados en una asamblea posterior: se nos enredaba el fixo, con el pegamento se nos pegó arena en los pies, el jabón no pegaba, sino que resbalaba, la mezcla de plastilina y agua tampoco pegaba, además de un lío de zapatos y calcetines. En definitiva, que no pudimos aunque lo pasamos genial en el intento. Anotamos lo que no nos servía y decidimos un nuevo plan, traer todas la ventosas que tuviéramos en nuestra casa.


 




                    Pusimos en común todas las ventosas que trajimos y lo primero que nos planteamos es que si habría ventosas para todo el mundo, porque todos no habían traído. Quedamos en que necesitamos ventosas para manos y pies, es decir, 4 para cada uno, entonces habría que hacer grupos de 4, pero en primer lugar decidieron que íbamos a probar si las ventosas pegaban en las paredes del patio. Contamos las ventosas y había suficiente para todos, 26, las repartimos y localizamos distintas paredes del  patio hechas con distintos materiales (ladrillos, piedra, dibujos, pared hecha de suelo, pared azul y pared verde) y fueron probando en cual de ellas se quedaban pegadas las ventosas. Algunos quisieron probar también en otros lugares como la fuente, las farolas y las barandillas de hierro. Después en una asamblea posterior, reflexionamos y tomamos decisiones sobre el lugar de la escalada y cómo la haríamos:

1. Escalaremos en las paredes azul y verde que es donde pegan las ventosas.
2. Necesitamos 4 ventosas cada uno para los pies y las manos.
3. Tenemos que subir rápido porque las ventosas se pegan sólo un ratito.
4. No subimos muy alto porque nos podemos caer.

                      Con estos criterios, volvimos a reunir todas las ventosas para hacer con ellas grupos de 4, una vez hechos los grupos nos dimos cuenta de que sólo podían escalar 8 personas, así que lo haríamos por turnos. El mayor problema surgió cuando tuvimos que ponernos las ventosas en los pies, algunos me pidieron lazos para amarrárselas, otros aprovecharon las arandelas que tenían algunas ventosas para introducir sus dedos tanto de manos como de pies, otro decidieron que sólo escalarían con las manos...pero por mucho que lo intentaron, no pudieron conseguirlo. Entonces recurrieron a la imaginación: "Hay que crear una máquina que nos convierta en lagartija", aunque algunos no estábamos dispuesto a cambiar de imagen. Aún así, seguimos dándole vueltas por si se nos ocurre alguna otra idea.

                          La conclusión de todo el proceso es que lo importante es esforzarnos e intentarlo poniendo en marcha todos nuestros recursos y estrategias y compartiéndolos con los demás. Hemos trabajamos el establecimiento de planes de acción , la toma de decisiones, los acuerdos, el establecer conclusiones, el reflexionar de los errores, creación de textos que recojan el proceso, textos de uso social (como la receta de los remedios natuales)  aspectos relacionados con el lenguaje matemático, ya que las situaciones nos han llevado a realizar cálculos, estimaciones, agrupamientos, reparticiones, estrategias de contaje, etc, una experiencia enriquecedora que se une a nuestra historia como grupo.


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